Durante estas navidades he ido a hacer un pequeño viaje con mi familia para desconectar unos días y hacer turismo en la costa alicantina. Pese a que en la ciudad de Benidorm tan solo nos hospedamos, no hicimos ninguna actividad turística por allí mas allá de pasear, me impactó por sus altos edificios.

La ciudad estaba prácticamente vacía debido a las circunstancias actuales, no obstante, no podía imaginar dejar de imaginarme la localidad en pleno agosto, haciendo uso de una playa bastante pequeña para tal cantidad de edificios en mi opinión y con una densidad de población tan grande en verano.

La ciudad se me hizo muy similar a Cullera, localidad en la que suelo veranear, pero encontraba grandes diferencias. En primer lugar, la altura de los edificios, que constaban de sus propias zonas como piscinas pero se me hace realmente difícil imaginar que pudiera caber con tranquilidad todo el edificio en ese área común. En segundo lugar, la cantidad de líneas de playa. Probablemente se comenzaron a edificar de forma masiva y para los turistas las dos localizaciones a la vez, pero pero gracias a su montaña, Cullera pudo mantener una cantidad de líneas de playa mucho más razonable que la de Benidorm, que se extiende en un gran terreno. yo vivo cerca de uno de los edificios más altos de Cullera, las torres de san antonio y el área próxima a las mismas tiene diversos fallos como la gran acumulación de basura en los contenedores debido al alto numero de personas que viven en el área.

No sé como se solucionaran todos estos problemas en Benidorm, pero si creo que probablemente suponen un gasto económico y un impacto medioambiental excesivo. En mi opinión este tipo de áreas turísticas son fruto de otra época en la que no se tenían en cuenta algunas de las necesidades actuales, o simplemente, el respeto al mar que probablemente se cobrará antes o después el área que por excesiva proximidad y naturaleza, le pertenece.

Las fotos las hice yo mismo subiendo a la azotea del edificio en el que me alojé.