Durante la pasada cuarentena en la que todos tuvimos que pasar mucho más tiempo del que nos gustaría en nuestras casas, por no decir todo nuestro tiempo en nuestras casas, me ha dado por pensar en la gran desigualdad que existe en lo referente a los hogares.

Está claro que la arquitectura es algo que se tiene que pagar y el que más pague recibirá algo de mayor calidad, mas bonito o más grande pero creo que existe una gran desigualdad social en términos de vivienda que en estos tiempos en los que en cualquier momento podemos terminar confinándonos se hace mas y mas importante.

Con esta desigualdad no me refiero al hecho de que algunos pasen estas cuarentenas en chalets enormes y otros en pisos de menos de 50 metros cuadrados. A lo que realmente me refiero es a la calidad de las viviendas ya que hay multitud de edificios en Valencia que no cumplen con unas condiciones de aislamiento que serían necesarias para cualquier familia para poder pasar con comodidad un aislamiento. También estoy hablando de que existen pisos que no tienen prácticamente ventanas al exterior, sino que las tienen a reducidos patios interiores. No creo que estas condiciones favorezcan a un correcto desarrollo de la salud mental del individuo tras largos periodos sin salir al exterior.

Creo que la mayor culpa de este problema la tiene el hecho de que en nuestro país hayamos adoptado un modelo de casas muy diferente al de otros países europeos y que se centra mucho en crear núcleos urbanos muy masificados con edificios que a veces no alcanzan a generar la calidad de vida suficiente.