Hace poco me fui de excursión con unos amigos a ver un lugar muy especial que conocía uno de ellos. Se trataba de un antiguo polvorín militar perteneciente al bando republicano durante la guerra civil.

La visita a este lugar, que tiempo después se transformó en cuartel militar pero que hoy en día permanece abandonado. Me hizo reflexionar sobre la importancia que tuvo durante aquellos años el hecho de poder utilizar los conocimientos arquitectónicos de la época para tener ventaja táctica sobre el enemigo y más aún siendo una de las primeras guerras en las que se comenzaron a emplear bombardeos masivos. Era necesario construir fortificaciones resistentes, que muchas veces se ubicaban en el interior de montañas.

No obstante, y uno de los aspectos que me parecen mas curiosos e interesantes es el hecho de que durante estos conflictos también se comenzaron a construir nuevos espacios para proteger a la población civil de amenazas nunca antes vistas hasta la fecha. Ejemplo de esto es el refugio antiaéreo del IES Luis Vives, instituto en el que cursé la ESO y el bachillerato. El refugio tenía capacidad para unas 1000 personas y cuando sonaban las sirenas de alarma, los alumnos del centro bajaban allí a protegerse de las bombas Italianas.

Tuve la suerte de bajar al refugio unas cuantas veces, tanto con mi clase como con un amigo de mi padre que era jefe de estudios en el instituto.